La pandemia del plástico

La pandemia del plástico

Confinamiento ha sido la palabra del 2020 para la RAE. Un término que prácticamente desconocíamos hace un año pero que ha resultado ser uno de los más utilizados y más buscados.

El confinamiento nos robó la libertad. Nos robó la movilidad. Dejamos de ser libres y de movernos libremente. Este encierro obligado provocó muchas cosas, pero no todas malas para nuestro queridísimo planeta. Menos aviones, menos coches, menos fábricas… en definitiva, menos emisiones de gases contaminantes. De hecho, la mayor caída en la emisión de CO2 de la que se tenga registro en la historia. Incluso la NASA detectó, desde el espacio, la disminución de gases contaminantes en la atmósfera.

Pero por desgracia, no todo iba a ser bueno. La pandemia ha disparado una de las cosas que más odiamos: la producción y el consumo de productos plásticos de un solo uso. Guantes, mamparas, bolsas y otros artículos para la protección individual. El miedo al contagio nos ha obligado a protegernos mucho más, pero desprotegiendo considerablemente el medio ambiente.

El plástico se ha convertido en el mejor aliado contra la pandemia. Es ligero, económico, duradero y versátil. Centenares de millones de mascarillas y de guantes se han distribuido desde el pasado mes marzo en todo el mundo. Sin contar todo el material plástico que se utiliza para la detección del virus, como los tests rápidos, los kits PCR’s, los delantales o los peúcos. Además, la situación se dramatiza al tratarse de productos de usar y tirar y de complicado reciclaje, ya que se trata de material sanitario susceptible de haber estado en contacto con el maldito virus.

Pero todo esto se ha agravado un poquito más. Ya que debido a la pandemia han disminuido los precios del petróleo, permitiendo fabricar mucho más plástico y mucho más barato. Así que el plástico ha sido, en muchas ocasiones, un aliado durante el confinamiento. Que levante la mano quién no haya aumentado sus pedidos de comida a domicilio en estos meses. Por desgracia y sin apenas tener alternativa, hemos cambiado completamente nuestros hábitos de uso de plástico. Se ha colado en nuestras casas en forma de bolsas, envases de alimentos y bebidas… en definitiva, como escudo frente al miedo al contagio.

Y cuando pase la pandemia, ¿qué? ¿Las empresas de comida a domicilio apostarán por el papel y el cartón en detrimento del plástico? ¿Volveremos a los hábitos de antes? A la tendencia tan buena que llevábamos con la reducción de artículos como las pajitas o los cubiertos de un solo uso. ¿Alguien lo sabe?

Ojalá podamos revertir la situación, aunque la cosa parece complicada. Es posible que el virus nos abandone, pero los guantes y las mascarillas se quedarán en los mares y en los océanos muchos, muchos, muchos años más.